A pesar de que el  día de la sesión de Martina salió lluvioso y oscuro, todo lo demás estuvo a nuestro favor para un buen trabajo; clima agradable, mucha tranquilidad, una familia encantadora y la protagonista, que se portó genial. Toda esta bonita mezcla hizo que la sesión de recién nacido fuera estupenda.
Martina durmió plácidamente durante bastante tiempo, e incluso con hipo ni se despertó. Lo puso fácil, y si en algún momento parecía algo inquieta, nada mejor que los brazos de mamá para volver a dormir.
En estas sesiones no están invitadas las prisas, pues se necesita mucha calma, mimo y paciencia, y como les digo a los papás, de eso estoy sobrada.
Creo que alguna vez lo he comentado, no hay nada mejor que sentir que la familia con la que estás trabajando confía en ti. Eso hace que pueda disfrutar más si cabe de lo que hago  y eso al final se transmite en el resultado.
Gracias de nuevo por apostar por mi trabajo para este recuerdo tan especial.

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